Lecciones de un rey

En la historia de los reyes de Israel hubo muchos que hicieron la diferencia. Uno de ellos fue Ezequías, y posiblemente has leído de este o has escuchado de aquel suceso donde se le dieron quince años más de vida a causa de sus lágrimas. Pero leyendo sobre Ezequias nos damos cuenta que su vida fue más que llorar. Al contrario fue un hombre quien experimentó muchos retos y supo a plenitud el papel donde Dios lo colocó
Para entender la vida del rey debemos conocer el marco histórico en el cual aparece por vez primera. Acaz, su padre dejó sumergido al país en una pobreza extrema, la mayoría de la gente útil había muerto en batalla por la invasión de Tiglat Pileser rey de Siria, y los pocos que quedaron tuvieron que sufrir una guerra civil a causa de la invasión de Israel a Judá. Acaz, en lugar de arrepentirse endureció aún más su corazón y ofreció sacrificios a los dioses de Siria, con el corrompido pensar que las desgracias de Judá eran producto de haber ofendido a los baales y con esa actitud alejó al pueblo de la adoración al Señor. Como si esto no fuera suficiente los pocos fieles que quedaban en Judá tuvieron que soportar que Acaz cerrase el templo para impedir que ellos se volviesen a Dios. Ezequías tuvo que sobrellevar ese tipo de desgracias y ver como su pueblo estaba destinado a desaparecer.
El salmista escribió los siguientes versos: El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y está lleno de amor inagotable. No nos reprenderá todo el tiempo, ni seguirá enojado para siempre… Dios mostró su gracia a Judá tras la muerte del rey Acaz. Ahora tocaba el turno de su hijo Ezequías de gobernar un país y asumir las responsabilidades que eso conlleva.
Tuve que hacer una reflexión hasta este punto de la historia, que por cierto está en 2 Crónicas 29. ¿Cómo esta mi vida hasta este momento? Pude evitar muchísimos problemas y penas de haberme enfocado más en seguir a Cristo y no establecer el control de mi vida. Creo que esos errores hoy forman parte de la madurez de todo cristiano. Dios me dio la oportunidad de predicar acerca de esto hace unas pocas semanas de algo que llamo “Lecciones de un Rey” y sorprenderme de la conclusión de la vida de Ezequías.
Imagino que Acaz tuvo un entierro digno, aunque no fue con tanta pompa como se esperaba. De hecho lo enterraron en Jerusalén en una tumba común y no en el cementerio de los reyes. Ezequías para esos entonces contaba con veinticinco años apenas. Aquellos que hemos pasado por esa edad sabemos que es decisiva en nuestra vida porque marca lo que seremos a futuro. Estoy segurísimo que Ezequías, ahora convertido en rey identificó los problemas a los cuales se enfrentaba y  tomo la determinación de cambiar el rumbo de su reinado. “Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces, ¡ten cuidado! El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tu debes dominarlo y ser su amo” Génesis 4.17 NTV


           Lecciones de un rey
  1. Restaura el templo
…En el primer mes del primer año de su reinado, Ezequías reabrió las puertas del templo del Señor y las reparó… 2 Crónicas 29.3
Si algo me sorprende de esta historia es la diligencia con la que el ahora rey actuó. Ezequías no quiso esperar a que las celebraciones terminaran. El primer mes del primer año de su reinado comenzó a reparar las puertas del templo del Señor. Era el inicio del retorno a la adoración. No fue nada fácil hacerlo, pues encontró que dentro de este existían muchos ídolos y cosas abominables a Dios.
Nuestro cuerpo es el templo de Dios y el inicio de toda restauración debe comenzar desde el interior y no desde el exterior. Seré atrevido a hacerte esta pregunta pero ¿Cómo está tu corazón delante de Dios? Fuera de ello podemos engañar a los demás, asumiendo una espiritualidad falsa pero Dios conoce las intenciones de nuestro corazón. Los ídolos impedían una sincera adoración a Dios. Un ídolo es todo aquello que se opone entre Dios y tu persona; puede ser desde una simple distracción hasta un individuo que demande tu total atención. Lo más impactante de todo esto es que Dios es un Dios celoso y un fuego consumidor. De una u otra manera todo aquello que estorba entre Dios y tu persona será desechado, ya sea por tu propia voluntad o consumido por el fuego de Dios. ¿Qué tipo de escoria hay en nosotros que nos impide adorar plenamente a Dios?
El profeta Samuel exhortaba al pueblo a volverse a Dios…Si en realidad desean volver al Señor, desháganse de sus dioses ajenos y de las imágenes de Astarot. Tomen la determinación de obedecer al Señor y entonces él los rescatará de los filisteos. 1 Samuel 7.3
Ezequías mostró diligencia a purificar el templo. ¿Cuánta diligencia mostramos nosotros para ordenar nuestra vida como Dios lo desea? He aprendido que la obediencia a medias y la obediencia tardía son tomadas como acciones de desobediencia y que la desobediencia es comparada al mismo nivel que la brujería entonces ¿Qué estamos esperando? Es tiempo de sacar la escoria de nosotros mediante el poder de la palabra puesta en acción
  1. Desempeña el cargo para el cual fuiste creado
… Hijos míos, ¡no descuiden más sus responsabilidades! El Señor los ha elegido para que estén en su presencia, le sirvan, dirijan al pueblo en la adoración y presenten a El sus ofrendas… 2 Crónicas 29.11
Ezequías tuvo conciencia que los únicos que podían entrar al templo de Dios eran los levitas, quienes estaban al servicio de Dios. Fue por esa razón que el rey solamente reparó las puertas del templo. El resto era tarea de los levitas. Para ello les hizo conciencia del estado espiritual tan deplorable que el pueblo de Judá atravesaba y los instó a hacer una limpieza profunda para sacar todo aquello que ofendía a Dios. El templo estaba repleto de ídolos, y el fuego que ardía perpetuamente había sido apagado. Fue tan arduo el trabajo que hicieron que tardaron dieciséis días en sacar todos los ídolos y volver a santificar todos los utensilios usados para la adoración a Dios.
Cuando por fin terminaron se encontraron con otro problema: el numero de sacrificios que hicieron para la dedicación del templo de Dios era tan numeroso que los sacerdotes no daban abasto para esa tarea 2 Cro 29.34. Por lo cual muchos levitas acudieron a auxiliarlos en lo que a los sacrificios y holocaustos respectaba.
Como hijos de Dios tenemos una gran responsabilidad ante el mundo. Jesús nos llamó “sal y luz”. Somos los que hacemos diferencia, los que no nadan con la corriente de este mundo sino que vamos en contra de los deseos de este siglo. Escogidos desde antes de la fundación del mundo para ser diferentes. Eso no implica que debamos marginarnos, sino hacer la diferencia en un mundo al cual no pertenecemos.
De la misma manera que hicieron falta sacerdotes en los tiempos de Ezequías así faltan personas encargadas de dirigir al pueblo en adoración. Aunque el tema se aplica para líderes y pastores no me refiero a ellos específicamente. Cada uno de nosotros tenemos la obligación de multiplicar la vida de Cristo en las demás personas, esto se logra de una sola manera y es proclamando la palabra.
  1. Procura transformar tu entorno
Una vez dedicado el templo, Ezequías se propuso a celebrar la pascua al Señor. En toda la historia de Israel nunca se vivió una pascua igual a la que el rey Ezequías celebró (2 Crónicas 30.26) para ello mando cartas a todo Israel, incluyendo a Efraín y Manasés las tribus del norte del país. Ezequías derribó las barreras que separaban a un país dividido desde hace años y visualizó a Israel como uno solo, como sus hermanos quienes a pesar de tener ideología diferente fueron invitados por igual a celebrar al único y sabio Dios.
Los correos fueron enviados con caballos veloces con la invitación y al mismo tiempo amonestación a volver a Dios. La correspondencia decía de la siguiente manera:
Oh pueblo de Israel, vuélvanse al Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel,
para que se vuelva a los pocos de nosotros que hemos sobrevivido
a la conquista de los reyes asirios. No sean como sus antepasados y parientes
que abandonaron al Señor, Dios de sus antepasados, y se convirtieron en
objeto de desdén, como ustedes mismos pueden ver.
no sean tercos como fueron ellos, sino sométanse al Señor
y vengan a su templo que él mismo separó como santo para siempre.
Adoren al Señor su Dios para que su ira feroz se aleje de ustedes…

Uno de los problemas que podemos apreciar en los tiempos de hoy es que somos “demasiado permisivos” respecto a las conductas de nuestros hermanos. Si bien es cierto que ellos serán juzgados por sus obras, desde el momento que cerramos nuestra boca estamos siendo partícipe de ese pecado también. Jesús, en Apocalipsis manifestó su inconformidad ante la iglesia de Pérgamo y Tiatira por tolerar a personas que no actuaban conforme a la voluntad del Señor (Apocalipsis 2.14, 2.20) Cuando tu estas callado ante esas cosas, aparte de ser partícipe de ese pecado estas demostrando que no amas a tu hermano. Pablo fue imitador de Cristo desde su conversión. El mismo se jactaba a las iglesias que fuesen imitadores de él (Pablo) porque él era imitador de Cristo. No en pocas ocasiones se leyó de un Pablo reprendiendo a sus hermanos, tuviesen el cargo que tuviesen, incluso en una ocasión amonestó al mismo Pedro por ser hipócrita (Gálatas 2.11-16)
Volviendo a Ezequías, después que las cartas fueron enviadas ocurrió algo imprevisto: Los mensajeros corrieron de ciudad en ciudad por todo Efraín y Manasés y hasta el territorio de Zabulón. Pero la mayoría de la gente simplemente se reía de los mensajeros y se burlaban de ellos. Sin embargo, algunos habitantes de Aser, Manasés y Zabulón se humillaron y fueron a Jerusalén 2 Crónicas 30.10-11
¿Qué hubiésemos hecho nosotros de haber sido uno de esos mensajeros? Amamos demasiado nuestra imagen, guardando nuestra apariencia a los demás. Tememos más al “¿Qué dirán los demás?” que al concepto que Dios tenga de nosotros. Jesús dijo: Les diré a quién temer: teman a Dios, quien tiene el poder de quitarles la vida, y luego arrojarlos al infierno. Claro, él es a quien deben temer. Lucas 12.5 En ninguna manera debemos avergonzarnos de reprender a hermanos en Cristo que no caminen rectamente, al contrario debemos ser celosos en ese aspecto; el pecado puede adueñarse de esa persona y terminar corrompiendo a los demás.
  1. Ser recto no te alejará de los problemas
¡Venga a Cristo y sus problemas se esfumarán! Se predica en muchos púlpitos. Es obvio que dicha frase no es verdad. Entonces ¿se miente en los púlpitos? No. El problema es que muchos pecamos de ignorancia al creer que viviremos un “cristianismo rosa” lejos de todo mal, lejos de divisiones o rencillas. Ezequías experimento los problemas justo cuando la espiritualidad del pueblo estaba en lo más alto.
De esta manera, el rey Ezequías manejó la distribución en todo Judá; haciendo lo agradable y bueno a los ojos del Señor su Dios. En todo lo que hizo para el servicio del templo de Dios y en sus esfuerzos por seguir las leyes y los mandatos de Dios, Ezequías buscó a su Dios de todo corazón y como resultado tuvo mucho éxito. Después de que Ezequías llevó a cabo fielmente este trabajo, Senaquerib, rey de Asiria invadió Judá…
Posiblemente no te agrade lo que esté a punto de escribir, pero el problema que tu estas atravesando es porque Dios lo permitió así. A lo mejor no tienes trabajo, algún familiar padece una enfermedad o tengas problemas económicos porque la soberanía de Dios lo ha establecido de esa manera. Durante años traté de entender la razón por la que mi papá perdió la vida cuando más lo necesitaba incluso diez años después de su muerte y siendo hijo de Dios. Tuve que conformarme con la convicción que Dios no está obligado a explicarme sus planes, el Creador es el y la creación soy yo; descanso en la idea que Dios es bueno, fiel, siempre hace lo bueno y todo lo que haga obrará para ser mejor persona.
¿Qué hacer entonces en esos momentos de prueba? El único refugio está en Cristo, nunca se te olvide que el se definió a sí mismo como el buen pastor. Dios nos da una solución cuando atravesamos esas pruebas: De modo, que si sufren de la manera que agrada a Dios, sigan haciendo lo correcto y confíenle su vida a Dios, quien los creó, pues el nunca les fallará.- 1Pedro 4.19  
Hoy por la mañana escuchaba a un caballero predicando en el autobús. Contaba su testimonio que su hija fue violada y producto de esa desgracia ella contrajo sida. Satanás trató en repetidas ocasiones de sembrar duda y temor, haciendo que este hombre blasfemara contra Dios pero nunca pasó. El caballero manifestaba que cada vez que se sentía atacado al mismo tiempo podía percibir la mano poderosa de Dios y su fiel amor. Como conclusión a su predicación él dijo: << Mi Dios tiene el poder de restaurar a mi hija, porque nada es imposible para él, si ella no ha sido sana aún es porque Él no lo ha querido así, pero esté ella enferma o sana yo estoy conciente que Dios es soberano y le glorifico por ello >>
  1. Acepta en silencio la voluntad de Dios
Por eso es bueno esperar en silencio la salvación que proviene del Señor. Es bueno que todos se sometan desde temprana edad al yugo de su disciplina. Que se queden solos en silencio bajo las exigencias del Señor. Lamentaciones 3.27-28
Ahora vamos al hecho más memorable de la vida del rey Ezequías. La Biblia nos narra en 2 Reyes 20 que Ezequías se enfermó de gravedad y el profeta Isaías llegó a su palacio con un mensaje en específico: Pon tus asuntos en orden, porque vas a morir. No te recuperarás de esta enfermedad. Ezequías, quien no quería morir aún volvió su rostro a la pared y clamó al Señor de la siguiente manera: Acuérdate oh Señor, que siempre te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo que te agrada. El rey lloraba amargamente delante de Dios y el resto de la historia la conoces muy bien. Producto de las lágrimas de Ezequías; el Señor le concedió quince años más de vida. Pero existe la pregunta ¿Cuál era el propósito de Dios al permitir que Ezequías enfermase de muerte? Muchos predicadores han dicho que las lágrimas de Ezequías conmovieron a Dios, pero eso no es así. Dios no se conmueve con berrinches, el permite, o deja de permitir según su soberana voluntad.


En efecto, Ezequías vivió quince años más, pero en esos quince años ocurrió algo que pocos hemos notado: Manasés, su sucesor, tenía doce años cuando subió al trono; eso quiere decir que Manasés nació en los quince años que Ezequías vivió por añadidura; y lejos de ser un rey bueno Manasés corrompió a Israel de una peor manera que lo hicieron los reyes anteriores, y aunque al final de su vida se arrepintió de sus maldades el pueblo siguió cometiendo prácticas abominables a Dios.
¿Qué hubiese pasado si Ezequías hubiese muerto quince años antes? Sencillo. Manasés nunca hubiese nacido. Analiza muy bien tus oraciones delante de Dios. ¿Dichas oraciones están de acuerdo a su voluntad? Ten en cuenta que Dios muchas veces permite cosas para que aprendamos una lección de ellas y nosotros aún seguimos pidiéndolas pensando quizá de una manera egoísta o insensata. Jesús nos brindó el ejemplo de cómo orar en ese tipo de situaciones, cuando la voluntad de uno difiere a la de Dios en Mateo 26.39.


Es frustrante hacer la comparación entre la vida del rey Ezequías con la mía en lo personal. Estoy tan lleno de errores que en más de una ocasión me he deprimido pensando que nunca podré salir, y es mucho más frustrante al ver a los demás en la congregación que parecen tan santos. Es como si entre un rebaño de ovejas blancas yo soy la parchada. Mis errores y mis frustraciones no son ocultos delante de Dios. Al leer sobre la vida de Ezequías olvidé considerar algo importante. Todo nombre en la Biblia es profético y tiene un significado. Abraham es el “Padre de multitudes”, Moisés “Sacado de las aguas”, Samuel “Pedido a Dios”, Salomón “Hijo de paz” son ejemplos claros de esos nombres que van relacionados con sus vidas. Ezequías no es la excepción. Al comprender el significado de su nombre Dios me hizo entender muchas cosas: “Ezequías” significa El Señor es mi fuerza. Eso significa que la rectitud que el rey tuvo, sus deseos de ser íntegro delante de Dios, las reformas que instituyó entre su pueblo no provenían de él sino que era Dios quien obraba a través suyo.
No podemos salir por nuestra cuenta del pecado que nos asedia. No somos unos gladiadores espirituales o súper guerreros que combaten todos los días con las huestes de maldad. Lo cual es una excelente noticia, porque hubo uno que venció al pecado y a la muerte para darnos vida eterna: Jesucristo.
Jesús no nos mandó como un escuadrón élite a entrar y combatir. Nos mandó a resistir. Las fuerzas no provienen de nosotros, provienen de El. Nuestro deber es clamar todos los días por ser mejores, por glorificar a Dios al modelar la vida de Cristo a los demás y a caminar en una vida santa, no por nosotros, sino porque Jesús nos santificó para Dios.

Comentarios

  1. Muchas Gracias por el artículo y por las reflexiones. Quisiera compartir con ustedes este Trabajo publicado hace muy poco, sobre Ezequías por si les interesa.


    * El Sello Real del Anillo del Rey Ezequías de Judáh el Sol Alado Egipcio y la Cruz de Thoth - 19 de Marzo de 2017

    http://testimonios-de-un-discipulo.com/El-Sello-Real-del-Anillo-del-Rey-Ezequias-el-Sol-Alado-Egipcio-y-la-Cruz-de-Thoth.pdf

    http://testimonios-de-un-discipulo.com/

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