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Mostrando entradas de septiembre, 2012

Dios el Soberano Alfarero

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El sol de aquella hora era abrazador. A lo lejos la torre de David era la estructura mas sobresaliente de aquella ciudad que parecía un espejismo en pleno desierto. Los ruidos caracterìsticos de Jerusalén comenzaron a menguar aquella quietud que reinaba. La caminata había sido bastante agotadora y muy desmotivante, pues a pesar de que el individuo era un profeta del Señor la orden, aunque muy clara; era carente de sentido: Baja al taller del alfarero, y allí te hablaré... La ciudad estaba abarrotada aquella tarde; se acercaba la festividad de la pascua. Una fiesta que con el correr de los años paso a ser de una celebración a una rutina. Israel, el pueblo elegido de Dios, aquel Olivo de Abraham había olvidado el propósito por el cual fueron llamados. La dureza del corazón del pueblo era la causa principal de los problemas del profeta Jeremías quien a lo largo de cincuenta y tres años sufrió por estar en contra de las diversas prácticas idólatras en Jerusalén. El mercado era el camin

Apologética: Una necesidad en nuestros tiempos

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No puedo comenzar estas líneas sin permitirme aclarar el concepto de apologética. En Teología y Literatura consiste en la defensa de la fe conforme a una posición o punto de vista . Dicha defensa no se basa en un mero debate nada mas tolerando al opositor, sino al contrario. Apologética proviene de la palabra Apología la cual designa una posición de defensa militar contra un ataque. Entonces dicho en otras palabras; es una guerra espiritual y es de vital importancia el defender nuestra fe con pasión, determinación y valentía, aunque nuestra vida dependa de ello. El índice de ateos y no religiosos en el mundo entero ha ido en un considerable crecimiento. El informe ARIS   publicado el 9 de marzo del 2009 indicaba que en el año 2008 la población atea y no religiosa; solamente en los Estados Unidos era de 34.2 millones de personas. ¿Por qué consideramos a los no religiosos como ateos? Porque quiero que tengas presente aquellas palabras de nuestro Señor Jesucristo: El que no está conmigo,