Quiero, se Limpio
Hacía tanto tiempo que este hombre no recordaba la última vez que fue feliz. Los días le parecían eternos y frecuentemente se sentía culpable de su mal. ¿Cómo es posible que un simple descuido produzca tan graves consecuencias?. Aunque todas las noches lloraba lamentándose en su condición muy poco podía hacer para remediarla, el hombre estaba solo y para aumentar sus males era un inmundo a los ojos de Dios y de los hombres. ¡Si tan solo hubiese puesto atención a las primeras señales de la enfermedad! Recuerdos fugaces pasaban por su mente: Su esposa notando aquella pequeña mancha en su espalda, pero estaba tan absorto en su trabajo que la mancha era algo si importancia, según decía el, desaparecería con el tiempo; permitiéndole de esa manera que la enfermedad se desarrollara aún más y como un asesino silencioso atrofiara para siempre sus manos y pies, soportando el terrible dolor de alejarse de una vez y para siempre de su familia y ser condenado a vivir errante por los desiertos,