Soportando la Tentacion
La primera carta a los corintios fue escrita por el apóstol Pablo alrededor del 57 d.C. Poco tiempo después de pasar por Atenas, Pablo se estableció en Corinto alrededor de un año y medio subsistiendo de la fabricación y venta de tiendas de campaña. Fue en Corinto que el apóstol conoce a un matrimonio de mucha bendición para su ministerio; Priscila y Aquila quienes fielmente servían al Señor y fue en casa de ellos donde se inicia la iglesia de Corinto, ganando con mucho esfuerzo adeptos a la doctrina del cristianismo, trabajo que no fue para nada sencillo, pues, el cristianismo instaba a abstenerse de cosas las cuales no se dejaban de practicar en la ciudad, sobretodo lo referente a la pureza sexual. El lugar era catalogado como "Capital del Placer" debido a la adoración a Afrodita, diosa de la fertilidad. La ciudad de Corinto también era sede del intelectualismo por su naturaleza griega y frecuentemente en la plazas debatían filósofos sobre cualquier tema establecido; lo que dificultaba aún más el predicar a Jesús resucitado.
En esa ciudad oscura, sin esperanza y llena de perdición; Dios, en su entrañable misericordia instituye una iglesia que viene a ser un faro de esperanza en medio de la oscuridad. Los creyentes de la iglesia de Corinto tenían muchas cosas buenas, pero tambien malas. Una iglesia con divisiones, escándalos, idolatrías y borracheras a la que el apóstol confrontó duramente tiene una gran similitud con la iglesia contemporánea la cual está constantemente acechada de pecado y con la mira en Cristo Jesús.
Asi que, el que piense estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no se a humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que también dará juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. - 1 Corintios 10:12-13
Si la iglesia en Corinto tiene una muy fuerte similitud con los creyentes de hoy en día ¿cómo nos puede ayudar su ejemplo para poder vencer la tentación? La respuesta esta en un cambio de mentalidad. Pablo escribía sobre abstenerse de la idolatría en 1 Corintios 10 y menciona que el que piensa estar firme, mire que no caiga. La victoria del cristiano hacia el pecado que acecha comienza en tu mente, con la decisión (o mejor dicho determinación) de querer vencer. En tu mente debe cultivarse una actitud de campeón, de vencedor. La carta a los romanos nos insta a renovar nuestra manera de pensar
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovacion de nuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. - Romanos 12:2
Todos conocemos de sobra la historia de David y Goliat: El ejército del rey Saúl temía a aquel hombre de casi tres metros de altura, quien por un lapso de cuarenta días desafió a los ejércitos de Israel. El nombre de aquel gigante: Goliat. Lo curioso de esta historia es que el origen del nombre no es filisteo sino hebreo y significa <El que desnuda, el que despoja>. Fueron los ejércitos de Saúl lo que, teniendo una actitud derrotista, bautizaron de esa manera al filisteo y permitieron que el temor se apoderara de ellos. David pudo vencerlo por dos razones: La primera es que no se contaminó con los comentarios derrotistas de su pueblo (no estuvo en ese lugar hasta que, encomendado por su padre fue a dejar alimento a sus hermanos) y la segunda es que tenía la convicción que Dios peleaba por él. Jesús venció la muerte con poder y derrotó el pecado de una vez y para siempre, pero la decisión de pelear la buena batalla de la fe en contra de la tentación esta en nosotros. Mira lo que Génesis dice respecto a ello
¿Porqué estas tan enojado? - Preguntó el Señor a Caín - ¿Porqué te ves tan decaído? Serás aceptado si haces lo correcto, pero si te niegas a hacer lo correcto, entonces ¡Ten cuidado! El pecado esta a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte, pero tu debes dominarlo y ser su amo. - Génesis 4:6-7 NTV
Volviendo al tema principal debemos tener en cuenta que toda tentación es de naturaleza humana. Los evangelios nos enseñan que Jesús, llevado por el Espíritu al desierto, fue tentado por cuarenta días. El Tentador diariamente sembraba dudas en Jesús, lo mismo hace con nuestra espiritualidad. Cuando esa duda germina en nuestro corazón comenzamos a dudar de Dios, de su bondad, de su provisión y el pecado comienza a tomar forma. ¿Recuerdas cuando Eva fue tentada en el huerto del Edén? La serpiente, astuta entre todos los animales torció las palabras que Jehová Dios dijo para confundir a Eva de tal manera que esta comiese del fruto prohibido y así dar de este a Adán también.
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;más del árbol de la ciencia del bien y el mal no comerás, porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. - Génesis 2:16-17
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: no comáis de todo árbol del huerto? - Génesis 3:1
El error más grave que Eva cometió fue el detenerse a razonar con el Tentador. Cuando ponemos atención en sus palabras y no en las de Dios es casi seguro que el fin de todo será sucumbir ante la tentación. No hay ninguna verdad en las palabras de Satanás. Él ha sido homicida y padre de mentira desde el inicio (Juan 8:44). Ya que toda tentación es de naturaleza humana debemos entender de que manera funciona en nosotros. Santiago, en su carta, hace un esquema del pecado, de su origen y de su culminación
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios, porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni el tienta a nadie. Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concuspicencia es atraído y seducido. Entonces la concuspicencia, después que ha concebido, da a luz al pecado; y el pecado, siendo consumado da a luz la muerte. - Santiago 1:14-15
Somos tentados en nuestras concuspicencias, pero ¿cómo salir vencedor? Es la fidelidad de Dios lo que nos dará la salida. Para poder desarrollar este punto debemos entender el concepto de fidelidad: Se trata de un acuerdo que implica una serie de responsabilidades y que no debería ser violado por ninguna de las partes. Al hacer énfasis en la fidelidad de Dios debemos tener en cuenta que la persona fiel es aquella que cumple sus promesas y mantiene su lealtad aún con el paso del tiempo y de las distintas circunstancias.
Cada vez que seamos tentados pensemos que Dios, en su fidelidad, permanece a nuestro lado y nos fortalece. Romanos nos enseña que su benignidad nos lleva al arrepentimiento y proverbios nos dice que con misericordia y con verdad se corrige el pecado, lo que nos lleva a la siguiente pregunta ¿Si Dios no tienta a nadie porque permite que seamos tentados? Vamos nuevamente a la luz de la Palabra
Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán; solamente para que el linaje de los hijos de Israel conociese la guerra, para que las enseñasen a los que antes no la habían conocido: Los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermon hasta llegar a Hamat y fueron para probar con ellos a Israel, para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había dado a sus padres por mano de Moisés. - Jueces 3:1-4
Dios permite que seamos tentados para pelear una guerra espiritual y para probarnos a nosotros si realmente somos suyos. Debido a su fidelidad no nos dejará ser tentados más de lo que podamos resistir. Por esa razón el Espíritu Santo desarrolla en nosotros un dominio propio. Es imposible que no vengan tentaciones a nuestra vida; Jesús lo dijo en Lucas 17:1 pero juntamente con ese obstáculo viene la salida para que podamos resistir. La vida de un cristiano se define en estar atento a esas salidas de las tentaciones, solamente de esa manera podremos caminar con una conciencia limpia delante de Dios
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