La verdadera crónica de una muerte anunciada
Aquella noche de sábado fue larga y tormentosa. Habían pasado tantos acontecimientos en tan pocas horas que su mente aun no daba crédito a lo que vivía. Poco importaba lo que había pasado a los demás, lo que si era una realidad es que sus ojos habían experimentado una barbarie. La tarde anterior; el régimen castigó y sentenció a muerte injustamente a un hombre; a su amigo, y tanta crueldad experimentó él; tantos golpes en su rostro que lucía prácticamente irreconocible ya, se asemejaba mas a una masa de carne deforme y sangrante mientras lo preparaban para su ejecución. Su barba había sido arrancada, su espalda sufría los estragos de azotes sin piedad, estaba desnudo sufriendo el inclemente sol y aun así mientras caminaba ante la exposición publica no se escucho en él quejido alguno de dolor.
Miriam, había venido desde Magdala su tierra para estar con él en estos momentos difíciles. La tarde en que murió no regresó a su casa, sino que pasó en vela junto a la tumba con María. Llevaba tres días sin poder conciliar el sueño pues lo poco que podía dormir al instante era asaltada por pesadillas, no probó bocado y la tarde del sábado en casa de María no se levanto de su cama, la verdad ella no tenia deseos de nada. Su amiga aunque sin fuerzas estuvo a su lado, poniéndole unas compresas frías para que la fiebre bajara y llorando a escondidas pues el duelo le afectaba a ella también.
- Debemos volver - dijo Miriam.
- Hay guardias desde anoche.
- Aún así, su cuerpo no ha sido preparado debidamente.
La madrugada del domingo preparó sus cosas y antes del amanecer salieron de casa. Hacía mucho frío y conocían muy bien el camino ya. La penumbra del entorno hacía un perfecto matiz con sus corazones sumergidos en la tristeza. El camino fue silencioso. Salvo las palabras que intercambiaron antes de salir y la fuerte duda que ambas tenían acerca de ¿Quién les removería la piedra? ambas se habían ensimismado en sus pensamientos y hubiesen llegado así hasta el sepulcro de no ser por un terremoto que repentinamente sacudió todo su ser. A la distancia, con dirección a la tumba observaron ambas el destello de una antorcha alejarse del lugar a toda prisa.
Llegaron al primer albor del día aún no dando crédito a sus ojos por lo que veían. Junto a la tumba la piedra estaba removida y dentro de esta no estaba el cuerpo. Un varón el cual su aspecto “era como relámpago, y sus vestiduras como la nieve” les dio las buenas noticias:
No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.
No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.
E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.
El incidente de la tumba vacía fue real y está documentada por personas distintas dando el testimonio por escrito. El mensaje del ángel contiene cuatro palabras que aún a nuestros tiempos da fortaleza al débil y esperanza al oprimido:
No Teman: La resurrección de Jesús no debe traer temor a nuestras vidas sino gozo. Fue la prueba concisa que el venció lo imposible. ¿Cómo está tu vida hoy? ¿sientes miedo o frustración? ¿depresión? ¿soledad o tristeza? Si te sientes así recuerda esa tumba vacía.
No está aquí: El problema de muchos es que aún vemos a Jesús en esa cruz cuando la realidad no es así. Vivimos el cristianismo de una manera apagada y preocupada por los afanes de la vida. Es como si en lugar de una buena noticia nos hubiesen dado una mala. Nos ahogan los problemas, lloramos por pequeñeces y nos angustiamos. Confesamos que El resucitó, pero no vivimos nuestra vida como si asi lo fuera. Hemos llegado al punto de buscar consejo o aliento en los demás cuando ni siquiera hemos hecho el intento de hablar con un Jesús vivo que camina a nuestro lado. Has el intento y verás que es mas que un sentimiento; Jesús esta contigo hoy.
Venid y ved: Miriam y Maria tuvieron que convencerse que en efecto Jesús no estaba en su tumba. Fue un hecho histórico sin precedentes. A lo largo de la historia existieron personas que influenciaron al mundo ya sea con una frase o con su modo de vivir y ver la vida. Tu puedes ver dónde esta la tumba de hombres como Ghandi, Luther King o Adler quienes cambiaron la manera de pensar de no pocos con su filosofía, pero el día de hoy no son más que polvo y huesos. Jesús cambio al mundo en tres años y medio y hasta el día de hoy aun vive. No hay nadie en esa tumba.
Id pronto y decid: Lo que a continuación viene es un desafío para ti. De haberse callado estas dos mujeres la historia no se hubiese divulgado ni puesto por escrito como testimonio al mundo que Jesús de Nazaret resucitó entre los muertos. ¿Qué haremos? ¿Nos quedaremos callados ante tal noticia? ¿Guardaremos silencio y no proclamaremos ante los demás que Jesús aún vive?. La mayoría tenemos más miedo a lo que los demás digan acerca de nosotros cuidando nuestra imagen que la verdadera urgencia de difundir dicho mensaje. Ten por una realidad que Jesús ya hizo su parte, nos toca a nosotros hoy hacer la nuestra.
A Dios la Gloria por los siglos
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