El Milagro de la Vida

Me es necesario volver a recordar las antiguas clases de ciencias para traer esta pequeña reflexión. Siendo sincero la idea la tomé de un libro del Dr. James Dobson, pero al volver a leer el libro ya no encontré el texto, así que plasmo esta idea con mis palabras:

“Más que una casualidad, un accidente o un mal conteo de días la concepción de un bebé es algo muy complejo, o dicho en otras palabras un verdadero milagro. Todo comienza en el pleno acto sexual, cuando el hombre deposita el semen en la vagina. La eyaculación coloca en el órgano reproductor femenino cerca de 300 a 500 millones de espermatozoides que comienzan una carrera hacia el útero, ya sea impulsados por su cola a velocidad de un centímetro por hora aproximadamente o con la ayuda de las contracciones del útero. No olvidemos que el espermatozoide o gameto es una célula extraña e invasora, por lo cual el cuerpo de la mujer activa las defensas naturales para eliminarlos, donde son exterminados un número considerable de ellos. Otro grupo se extravía literalmente en el camino perdiendo sus fuerzas y muriendo.

Solamente los fuertes llegarán al final, pero la dificultad no termina allí. De los 28 días que dura un ciclo menstrual la mujer solo es “fértil” tres días. Los otros 25 la posibilidad de fecundación es muy remota o casi nula. En el útero durante esos tres días tanto el espermatozoide como el óvulo deben llegar al mismo tiempo. Si la célula masculina llega primero y el óvulo no, es espermatozoide muere, y si ocurre lo contrario la célula femenina es desechada posteriormente.

Unos doscientos cincuenta espermatozoides llegan al final. Esto equivale al 0.0001 por ciento de los que comenzaron  el viaje. Una vez fecundado el óvulo se aloja en las paredes del útero. El cuerpo femenino retiene sangre con el objetivo que la célula fecundada ya alojada tenga su primer alimento, por esa razón una vez al mes esa sangre es desechada en la menstruación si no hay fecundación.

Durante las primeras ocho semanas al bebé en desarrollo se le llama embrión. A los 25 días el corazón comienza a latir, el tubo neural, que se convierte en el cerebro y la médula espinal se comienza a formar. Aparecen los botoncitos de las extremidades que formarán los brazos y piernas. Al final del primer mes el embrión mide entre 1 y 1.5 centímetros de largo y pesa menos de 40 gramos.

¿Tiene la madre idea alguna de lo que ocurre en su cuerpo?. En absoluto.  Ella no puede tener la potestad de hacer crecer al embrión  o control de su formación y alimentación. Es a Dios a quien le debemos estos pequeños y maravillosos detalles. Años antes el salmista escribió:

Mi embrión vieron tus ojos,

Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas

Que fueron luego formadas,

Sin faltar una de ellas.

Salmos 139.16

Durante las 39 semanas que dura el embarazo Dios desciende al vientre de la madre y con amor eterno e incomprensible forma órganos, extremidades, nervios, sistemas y sentidos. Te llamaba por tu nombre cuando apenas eras un embrión y medias 1.5 centímetros. Te arrulló en el vientre materno poniendo el mayor cuidado en tí Desde antes de la fundación del mundo el conoce tu nombre y el propósito para tu vida.

Ahora que eres conciente que Dios aún en los detalles más pequeños pone especial atención ¿crees que te dejará solo cuando atravieses problemas? ¿Cómo podrá Dios hacerte a un lado, cuando estés atravesando un desierto? Su esencia es amor, aunque nosotros seamos infieles, Dios permanece fiel. Es hora de agradecer ese inmenso y sublime amor.

A Dios la Gloria