Viviendo Dignamente

Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del olivo.
Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti.
Tal vez dirás: «Desgajaron unas ramas para que yo fuera injertado.» De acuerdo. Pero ellas fueron desgajadas por su falta de fe, y tú por la fe te mantienes firme. Así que no seas arrogante sino temeroso; porque si Dios no tuvo miramientos con las ramas originales, tampoco los tendrá contigo.
Por tanto, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad hacia los que cayeron y bondad hacia ti. Pero si no te mantienes en su bondad, tú también serás desgajado.

Romanos 11.17-22


Una de las películas que más me ha impactado es “Rescatando al Soldado Ryan” donde cuenta la historia de cuatro hermanos que fueron a combate en la II Guerra Mundial, tres de ellos murieron en batalla y el gobierno de los EEUU como una indemnización despliega un pelotón a buscar al cuarto hermano. Tras una larga faena por fin lo encuentran  defendiendo Berlín del ataque de los nazis. El pelotón prácticamente dio su vida por un soldado. El capitán agonizante se dirige a Ryan y le dice “Soldado, sea merecedor de esto”.
Años después se mira a un Ryan anciano que junto a su familia visitan el cementerio donde están todos los caídos en combate en la II Guerra. El senil con lágrimas en sus ojos le pregunta a su esposa ¿he vivido dignamente mi vida? ¿he sido merecedor del sacrificio de ellos?...
Durante diez años tuve  un errado concepto sobre ¿Quién es Dios? Me acostumbré a escuchar predicaciones acerca de que Dios “se complace en cumplir” todas nuestras peticiones  y deseos sin excepción e incluso había momentos donde me molestaba si se tardaba en responder, en pocas palabras creí que el centro de todo era yo; y que por el simple hecho de servirle era como un trabajo que posteriormente sería remunerado.


Fue hasta hace un año que atravesé una crisis la cual me di cuenta del errado concepto que tuve de Dios todos estos años atrás. Pablo lo define que nosotros somos injertos de ramas en el olivo original. El concepto es fuerte, pero verdadero. Cuando leí este texto me di cuenta que he sido un mal agradecido todos estos años, pidiendo para mi bienestar, poniéndome en primer lugar incluso demandando bendiciones a mi vida no siendo conciente que soy un “adoptivo” de Dios y de no ser por su misericordia y su bondad aún seguiría siendo el rockero aquel que pocos recuerdan ya.
Hace un mes, volví a leer romanos. Siendo un apasionado por la lectura debo reconocer que el texto arriba escrito lo pase de largo muchas veces sin meditarlo. Jesús me mostró que todos los días de mi vida debo ser merecedor del sacrificio que hizo por mi, vivir mi vida agradeciendo el simple hecho que por su amor y misericordia me rescató de donde yo estaba. Un mes después, con lágrimas en mis ojos escribo este blog. Ya no baso mis oraciones en peticiones materiales y egoístas; hoy agradezco a Dios por su amor, por su adopción y soy feliz porque comprendo que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor Nuestro.
Se merecedor también tu de tan grande sacrificio…

A El la Gloria por los siglos

Comentarios

  1. Búho que bonita meditación, elegiré alguna de tus entradas para la próxima meditación de Adalides. :) DTBM hermanito

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