Una Ilustracion para Recordar
“La eterna voluntad de Dios es que Cristo sea el centro de todo en todo” es uno de los principios de vida que trato de aplicar a diario en mi andar cristiano, pero pude comprenderlo a perfección hasta el día de ayer con el mas simple y sencillo ejemplo en una predicación en la iglesia.
En el inicio de la Semana Santa se predicaba sobre la obra que Cristo Jesús hizo por nosotros, y para ejemplificarlo mejor; el pastor escogió a tres personas, yo fui una de las tres. Me puso de pie frente a un hermano, mirándonos cara a cara. El hermano frente a mi ejemplificaba a Dios, y yo ilustraba a un pecador (sinceramente no comprendo como con esta cara tan angelical pueda ejemplificar a un pecador jajajaja).
Romanos 3.23 nos dice que por cuanto todos pecamos, y estamos destituidos de la gloria de Dios, el precio que debíamos de pagar era sufrir la ira de un Dios justo, ejemplificado por el hermano que estaba frente a mi.
El profeta Nahum describe más detalladamente esta ira:
Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos.
Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.
El amenaza al mar, y lo hace secar, y agota todos los ríos; Basán fue destruido, y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida.
Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.
¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas.
Nahum 1.2-6
No olvidemos que nosotros éramos enemigos de Dios por la multitud de nuestros pecados; este tipo de ira que Nahum describe estábamos condenados a recibir. Hebreos 10.31 nos dice que ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!
Un tercer hermano fue llamado a seguir con el ejemplo en la predicación. Se puso en medio de los dos, el primero ilustrando a Dios, él segundo, en medio, ejemplificando a Cristo Jesús y por último como pecador su servidor. Se daba a entender que la ira de Dios cayó sobre Cristo Jesús para que nosotros podamos ser salvos. Cristo fue la propiciación a nuestros pecados y por medio de su persona nos reconciliamos con Dios. Dicho en otras palabras, no tenemos ninguna deuda para con Dios, nuestro saldo está a cero.
Una simple percepción en ese ejemplo me hizo reflexionar algo que me quebrantó poco después. Muchas veces nos culpamos por la multitud de errores que tenemos, al punto de llegar a pensar que Dios no nos perdonara esta vez, que estará furioso y que no nos dará otra oportunidad. Pero por un simple experimento de visiòn en ese ejemplo pude ver que Dios no nos mira a nosotros, sino a Cristo dentro nuestro, su sangre nos justificó delante suyo y ahora tenemos paz para con El.
Yo, como pecador no veo a Dios sino a Cristo Jesus como mi unico campo visual, mis esperanzas estan en aceptar ese sacrificio, mas que una oración de confesión de fe, es aceptar el gobierno de Cristo en mi vida, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia, renovando mi mente y muriendo a mi, para agradarle a El.
Gracias a este sencillo ejemplo pude comprender tambien que la propiciación no es más que la victima que aplaca la ira de un Dios iracundo; que justificación es declararnos limpios e inocentes delante de Dios y que la sustitución fue el cordero inocente que ocupo el lugar nuestro. Estos tres conceptos describen perfectamente el sacrificio perfecto de Cristo Jesus por nosotros.
A Dios la Gloria
Comentarios
Publicar un comentario