Un modelo de oración (I Parte)

Una mujer habló por Teléfono al gerente de un teatro y le dijo que había perdido su prendedor de diamantes más valioso la noche anterior. El hombre le pidió esperar en la línea. Se hizo una búsqueda y el prendedor fue encontrado; pero cuando regresó al Teléfono, la mujer había colgado. Esperó a que volviera a hablar, y aún puso un anuncio en el periódico, pero nunca volvió a escuchar de ella. Aplicación – Qué mujer tan tonta, diríamos, pero muchos cristianos son iguales. Oramos a Dios, contándole nuestro problema y necesidad, pero fallamos en esperar la respuesta. Como resultado, perdemos el gozo de una oración contestada, no hallamos la respuesta necesitada y perdemos el deleite y la recompensa de una fe persistente. - Pastor Scott P. Brown Elbe –

Al leer esta ilustración me hizo reflexionar mucho sobre la oración. Un buen amigo mío hizo por suya una frase que reza: “La oración es el arma del cristiano”. Es la herramienta que nos conecta con Dios Padre, nos sirve para interceder por los demás (una obligación como hijos de Dios), y para conocer la buena y perfecta voluntad de Dios sobre nuestra vida.
Si la oración es vital para nuestra vida espiritual ¿Por qué habemos personas que no le prestamos la importancia debida? ¿Por qué no nos preocupamos por mejorar la forma en la que oramos? ¿Por qué, como dijo Santiago pedimos mal, para nuestros deleites y no nos preocupamos por tener una comunión con el Padre?
Jesús fue el modelo perfecto para mostrarnos como se deben hacer las cosas. Los discípulos constantemente le miraban orar, retirarse a la distancia de un tiro de piedra y hablar con el Padre. Es parte de mi estilo como novato escritor imaginarme el entorno que ellos vivían; y de haber estado en el lugar de ellos en lo personal, hubiese despertado en mi un deseo de imitarle.


Al leer los evangelios me doy cuenta que la reacción de querer orar como Jesús no solo esta en mi, también lo estuvo en ellos, pues le pidieron que les enseñase la manera correcta de orar. Los discípulos solo conocían las oraciones de los fariseos, quienes se jactaban de ser mejores que los demás, pero ellos sabían que había algo más, no se conformaban con las repeticiones hipócritas de los fariseos. Al pedirle a Jesús que les enseñase a orar de la manera correcta, el Maestro no se negó y les mostró el modelo de oración en el Padre Nuestro.
Más que una repetición en los rezos debemos poner atención en el mensaje que la oración trae:

Padre Nuestro, que estás en los cielos

¿Quién es Dios para ti? Muchos cristianos aún no han tenido esa experiencia de ver a Dios como un Padre. Debemos comenzar por cambiar ese enfoque, y deshacernos de esas ideas de un Dios lejano, que desconoce nuestros problemas y que no puede consolarnos en la soledad. ¿Cuántas veces hemos dejado de orar por creer que Dios no nos comprenderá? Aún cuando cometemos errores Dios desea que le veamos como un Padre amoroso. Ese fue el modelo de Jesús, experimentaba la comunión de un padre con su hijo.
Quiero que prestes total atención a este versículo:

Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre. Nadie conoce plenamente al Hijo sino el Padre, y nadie conoce plenamente al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Mateo 11.27

La única persona que conoce al Padre es Jesús. Esto porque el mismo  es Dios. Quiso revelarlo primeramente a los discípulos, posteriormente a nosotros.
Perdona mi atrevimiento al hacerte esta pregunta: ¿Jesús nos mentiría mostrándonos a un padre que no es? A Dios gracias Jesús no nos mintió y en efecto los que hemos experimentado ese amor sabemos lo afectuoso que el Padre es con nuestras vidas.
Es tiempo de cambiar esa percepción de un Dios lejano y que le llamemos “Padre Nuestro”, acercándonos confiadamente ante ese trono de gracia.

Santificado sea tu nombre

Esta frase marca la línea divisoria entre la adoración y una excesiva confianza. Muchos de nosotros tendemos de tratar a Dios de “tú, vos, el viejo de arriba” no tomando en cuenta con quien realmente estamos hablando. No se te olvide que a quien te diriges  en oración es al Creador del cielo y la tierra, de las cosas conocidas y ocultas, Señor de las potestades en los cielos y la tierra, de quien el mismo dice “Mía es la tierra y su plenitud”. No se te olvide que somos simples olivos injertados, quienes por su gracia y misericordia fuimos adoptados en amor (porque no depende de nosotros sino de El).

Venga tu reino

Según el comentario del Mundo Hispano, el término griego Basileía usado en este texto se usa con tres significados:

(1)   el territorio sobre el cual el rey reina; (2) la dignidad real, su majestad y gloria; y (3) el ejercicio de su poder soberano, o su reinado efectivo.

En este contexto es mejor interpretarlo con la tercera opción. Al pedir establecer el reino de Dios sobre nuestra vida debemos recordar lo que Juan el Bautista dijo referente a Jesús:

¡El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios se ha acercado! ¡Arrepentíos, y creed en el Evangelio! (Mr 1.15)

El reino de los cielos es Jesucristo. Al pedir establecer el reino de Dios estamos pidiendo que Cristo sea el centro de todo en todo en nuestra vida, que su gobierno se establezca con poder. Como todo gobierno necesita de un rey Cristo necesita sentarse en el trono de nuestra vida, y gobernar con sabiduría, no según nuestros deseos sino según su voluntad.






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