Hablar o Callar



El libro de las Crónicas de los reyes contiene un abundante y claro material histórico y biográfico sobre aquellos hombres que gobernaron Israel. Tanta es la historia allí retenida que podría pasar meses escribiendo sobre cada una de sus vidas. Pero no es mi objetivo el contar la vida de esos hombres, para eso los libros están ya establecidos en el canon bíblico, ellos se encargan de hacerlo; mi responsabilidad como escritor de este blog es transmitir con las palabras más claras el mensaje que Dios habló a mi vida y buscar una reflexión primero en mí y después en ti.
Curiosamente fue mi devocional lo que me llevó a una reflexión sobre la vida de Jotam y Ezequías, abuelo y nieto respectivamente.

JOTAM

Jotam fue rey de Judá. Su padre Uzías fue un hombre justo, procuró vivir en obediencia siguiendo los pasos de David bajo los estatutos del Señor. Sin embargo cuando Uzías padre de Jotam fue prosperado;  actuando de una manera orgullosa; entró al templo del Señor y personalmente quemó incienso en el altar, tarea que únicamente era permitida a los sacerdotes.
Su muestra de soberbia y orgullo le costó una terrible y despreciable enfermedad: La lepra que no le abandonó hasta el día de su muerte.
Jotam contaba con apenas veinticinco años cuando su papá murió, y aunque técnicamente no era un adulto si asumió las responsabilidades de la realeza con toda madurez. No te asombre su edad porque el rey más joven registrado en las crónicas fue Josías (8 años de edad).
A pesar que Jotam comenzaba su juventud; su formación fue encaminada bajo el temor de Dios. La tierra de Israel estaba dividida en dos reinos desde la muerte de Salomón y rodeada por el paganismo de las demás naciones vecinas. No era cosa fácil seguir al único Dios con tanta tentación alrededor,  y mucho menos si la característica de un joven de su edad es su inconstancia emocional.
Sin embargo, la muerte o la enfermedad de un familiar cercano marca una cicatriz profunda en tu vida. Voy a dejar que sea el mismo libro de las Crónicas que relate la vida del rey; tomé la libertad de transcribir el texto de una versión más clara de la Biblia:

Jotam tenía veinticinco años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén dieciséis años. Su madre se llamaba Jeruza y era hija de Sadoc.
Jotam hizo lo que era agradable ante los ojos del Señor; hizo todo lo que había hecho su padre Uzías, solo que Jotam no pecó porque no entro en el templo del Señor. Pero el pueblo continuó con sus prácticas corruptas. (2 Crónicas 27.2)
El rey Jotam llegó a ser muy poderoso porque procuró vivir en obediencia al Señor su Dios. (v. 6)


Jotam se parece a muchos cristianos que conozco y en especial a uno que miro todos los días en el espejo. Tratan de vivir lo mejor posible en obediencia, están llenos de pecados pero no dan su brazo a torcer, cada mañana se levantan creyendo en esperanza que su día será distinto y no tropezarán con sus mismos errores. Pero han dejado que la conformidad se asiente poco a poco en sus vidas y el cambio que Dios hizo en ellos deja de ser una convicción: si tú analizas la vida de Jotam, el sí logro un cambio personal, pero no logro impactar como rey su entorno. ¿Cuál fue la razón? No proclamó las leyes de Moisés, le importó poco que los demás siguieran en su pecado y se enfrascó en un “egoísmo espiritual”. No me mal interpretes, Jotam si fue un hombre justo y temeroso de Dios y fue prosperado en sus caminos, Dios es fiel a sí mismo y a sus promesas; pero el no proclamar al único y sabio Dios trajo consecuencias. Era tan retraído que ni siquiera Acaz su propio hijo pudo percibir su despertar espiritual.

ACAZ

Bien lo escribió años atrás el sabio rey Salomón que sin profecía el pueblo se desenfrena, y fue precisamente esa palabra “desenfreno” lo que resume el reinado de Acaz, hijo de Jotam. A sus veinte años sería injusto decir que nunca escucho del Eterno ni de sus preceptos; porque de haber sido así haríamos a Dios injusto en sus juicios. Acaz sí escucho de Dios, pero nunca tuvo un padre que le enseñase a como vivir principios. Rápidamente el nuevo rey hizo lo que no era agradable a Dios, fundió imágenes paganas y levantó altares abominables en cada esquina de Jerusalén. Llegó al punto que Acaz sacrifico a sus hijos dedicándolos a otros dioses extraños y lo que me llena de asombro es que en un momento Acaz pidió refuerzo al rey de Asiria, la misma nación de la que investigué su crueldad hace un par de semanas para que este le ayudara a combatir contra los ejércitos de Edom.

El Señor estaba humillando a Judá por causa de Acaz rey de Judá pues este había incitado a su pueblo a que pecara y le había sido totalmente infiel al Señor. Así que cuando llegó Tiglat- Pileser, rey de Asiria, atacó a Acaz en lugar de ayudarlo. Acaz tomó objetos valiosos del templo del Señor, del palacio real y de la casa de los funcionarios y se los entregó al rey de Asiria como tributo, pero no le sirvió de nada.
Aún durante ese tiempo de dificultades el rey Acaz siguió rechazando al Señor.
 (2 Crónicas 28.19-22)

El rey tomó varios objetos del templo y los rompió en pedazos. Cerró las puertas del templo para que nadie pudiera adorar. Ofreció sacrificios a los dioses de Damasco que lo habían vencido  porque dijo: “Puesto que estos dioses ayudaron a los reyes de Aram me ayudarán a mí también si les ofrezco sacrificios”, pero en lugar de ayudarlo lo llevaron a la ruina a él y a todo Judá. Cerró el templo de Dios para no permitir que nadie adorara en este.  Y a pesar que Dios quebrantó en extremo a Acaz este nunca dobló su rodilla ante El Señor.
Acaz fue el resultado que su padre Jotam no hubiese tenido el tiempo de enseñarle a conciencia las leyes y el temor de Dios. Constantemente vemos este patrón hoy en día incluso en pastores: Los padres temerosos de Dios, servidores de una iglesia y miembros activos y sus hijos hacen lo que se les venga en gana con sus vidas ¿la razón? Se vive una religiosidad nada más y no se refleja la vida de Cristo.


EZEQUIAS

Ezequías hijo de Acaz y nieto de Jotam asumió el trono a los veinticinco años al igual que su abuelo. Toma en cuenta que él vivió la pobreza en Judá y vio como las demás naciones humillaban y se reían del reinado de su padre. Nuevamente recurro al libro de las Crónicas para transcribir su historia:

Ezequías tenía veinticinco años cuando subió al trono de Judá y reinó en Jerusalén durante veintinueve años. Su madre se llamaba Abías, hija de Zacarías. El hizo lo que era agradable a los ojos del Señor, igual que su antepasado David.
En el primer mes del primer año de su reinado Ezequías reabrió las puertas del templo del Señor y las reparó. Convocó a los sacerdotes y a los levitas a encontrarse con él en el atrio al oriente del templo. Les dijo: < ¡Levitas escúchenme! Purifíquense ustedes y purifiquen el templo del Señor, Dios de sus antepasados. Quiten del santuario todos los objetos contaminados. Nuestros antepasados fueron infieles e hicieron lo malo ante los ojos del Señor nuestro Dios. Abandonaron al Señor y en el lugar donde El habita le dieron la espalda. También cerraron las puertas de la antesala del templo y apagaron las lámparas. Dejaron de quemar incienso y de presentar ofrendas quemadas en el santuario del Dios de Israel.
Por eso el enojo del Señor ha caído sobre Judá y Jerusalén. El los hizo objeto de espanto, horror y ridículo como ustedes pueden ver con sus propios ojos. Debido a eso, nuestros padres murieron en batalla, y nuestros hijos, hijas y esposas fueron capturados. Pero ahora haré un pacto con el Señor Dios de Israel para que su ira feroz se aparte de nosotros. Hijos míos ¡no descuiden más sus responsabilidades! El Señor los ha elegido para que estén en su presencia, le sirvan, dirijan al pueblo en la adoración y le presenten a El sus ofrendas >
2 Crónicas 29. 1-11

Me llamó poderosamente la atención dos cosas del rey Ezequías. A diferencia de su abuelo Jotam el expandió el mensaje en su corazón, dicho en otras palabras SE ESFORZO POR CAMBIAR SU ENTORNO. Tuvo la valentía de negarse a sí mismo y usar la autoridad que Dios le dio para imponer y restaurar el culto al Dios de Israel. La segunda cosa que llamó la atención es su diligencia para imponer las reformas. Las fiestas judías se prolongaban por días e incluso por semanas. Ezequías dictó el decreto de abrir el templo de Dios en el primer mes de su reinado lo que lo convirtió en la primera orden como rey. Tuvo a Dios por principal, y una muestra del amor de Ezequías hacia Dios es esforzarse por proclamarle.
La prueba de ello es que tres mil años después su nombre y sus reformas aun son conmemorados entre los hijos de Dios. Todos los pastores en más de una ocasión han recordado la vida de Ezequías pero te garantizo que nadie recuerda a Jotam quien fue también justo, pero no hizo nada por los suyos.

Esta mañana al verme al espejo y meditar sobre la vida de Jotam y Ezequías comprendí que la decisión la tenemos nosotros. Cuando tú te enamoras de alguien hablas sin cesar de esa persona y de lo maravillosa que es contigo y del bien que hizo a tu vida. Dios ha mostrado su fidelidad y misericordia todos los días de nuestra vida, porque es fiel a sí mismo ¿no crees que sea tiempo de proclamarlo hacia los demás? ¿Tiempo de enfrentar tus penas, tus vergüenzas y hablar de la maravillosa persona de Cristo? ¿Tiempo de cambiar tu entorno en el nombre que es sobre todo nombre? ¿En el nombre de Jesucristo soberano Dios y tres veces Santo?

Tú decides…

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