Una misericordia poco comun
Las lámparas de aceite se estremecían en una luz tenue que impedía ver bien al anciano. Aún así el escriba añadía nuevos pergaminos al ya alimentado Libro de los Reyes de Israel el cual albergaba un fiel registro del desempeño de la monarquía en Jerusalén.
Dentro de sus páginas se encontraba invaluables piezas de historia como el relato de David y Salomón, la división del reino y triunfos y fracasos de los reyes sucesores. Esa noche el escriba juntaba los registros sobre la vida y muerte del rey Josafat cuando una terrible noticia interrumpió sus escritos.
Por medio de su criado se dio cuenta de la terrible masacre sucedida apenas unas pocas horas antes en el palacio real: Joram, hijo mayor del rey e inminente sucesor del trono; había dado muerte a Azarías, Jehiel, Zacarías, Azaryau, Micael y Sefatías todos hijos del rey Josafat, todos hermanos menores del nuevo rey. El motivo de tal barbarie fue el evitar futuros complots a su reinado.
El tipo fue totalmente astuto. Sabía que cuando el pueblo se enterara del crimen los siguientes que podrían perjudicarle serían los altos dirigentes de Israel así que inmediatamente como un plan bien elaborado los mandó a asesinar también.
De esa manera cruel y despiadada Joram se afirmó del trono de Judá a los treinta y dos años. Fue el primer rey perverso del reino de Judá pues siguió el camino de los reyes del norte, a tal punto que hizo una alianza con el rey Acab casándose con la hija de este.
Es difícil explicar el inagotable amor que Dios tuvo para el reino de Judá. El salmista lo define que la tierra de Judá es el santuario del Señor (Salmos 114.2) y que se cometieran este tipo de actos en el santuario era impensable para cualquiera, una completa abominación. Aún así el Señor no quiso destruir la dinastía de David, pues había prometido que sus descendientes seguirían gobernando, como una lámpara que brilla para siempre.
Si bien Dios es fiel a sus promesas, también es un Dios justo que no tomará al pecador por inocente así que no pasó mucho tiempo para que el rey Joram tuviese problemas en el reinado.
Judá había gozado de una relativa paz hasta ese momento. Aunque los rumores y amenazas de guerra eran inevitables, Dios había guardado al reino en el hueco de su mano infundiendo un temor en las naciones vecinas para que estas no atacaran al rey.
Edom, quien habían rendido tributo a Judá desde el reinado de Salomón fue el primer pueblo en rebelarse. A punta de espada pusieron a un rey nombrado por ellos, y buscaban la desestabilización del reino del sur. Joram no se quedó de brazos cruzados y reunió a sus ejércitos, sus carros de guerra y aprovechando la oscuridad de la noche los atacó.
Aunque Edom fue vencido esa noche ciertamente nunca volvió a rendir tributo a Judá, y fueron independientes hasta su desaparición.
La maldad de Joram fue en aumento día con día. Aprendió el paganismo de su esposa, hija de Acab rey de Israel y usó su poderío para levantar santuarios paganos sobre toda la zona montañosa de Judá a tal punto que obligó a los habitantes de Jerusalén a apartarse del buen camino y entregarse a los dioses paganos.
El profeta Elías fue contemporáneo de Joram el cual le escribió una carta al rey que decía lo siguiente:
Esto dice el Señor, Dios de tu antepasado David: “Tu no has seguido el buen ejemplo de tu padre Josafat, ni el de tu abuelo Asa rey de Judá. En cambio has sido tan perverso como los reyes de Israel. Has llevado al pueblo de Israel y de Judá a rendir culto a los ídolos, tal como lo hizo el rey Acab en Israel. Incluso has matado a tus propios hermanos, hombres que eran mejores que tú. Por esto ahora el Señor está a punto de herirte con un fuerte golpe a ti, a tu pueblo, a tus hijos, a tus esposas y a todo lo que te pertenece. Sufrirás una grave enfermedad abdominal que te empeorara cada día hasta que se te salgan los intestinos”
No paso mucho tiempo para que el reinado de Joram se desestabilizara por completo. El libro de las Crónicas menciona enfáticamente que fue el Señor quien “incitó” a los filisteos y a los árabes para que atacaran a Joram. Estos dos pueblos en alianza con los etíopes (cusitas) rodearon Judá, derribaron sus defensas y se llevaron todo lo que había de valor en el palacio real.
Pensar en el saqueo de los filisteos, los árabes y los etíopes es imaginar el mayor botín robado en la historia. Prácticamente estos tres pueblos se llevaron los invaluables tesoros del rey Salomón (2 Crónicas 8). La palabra de Dios por medio de la carta de Elías se cumplió a cabalidad, pues incluso se llevaron los hijos, y las esposas de Joram.
El rey no tuvo tiempo ni siquiera de recuperar los objetos y las personas robadas, pues casi de inmediato una grave enfermedad intestinal afligió al monarca. Cada día empeoraba más y llegó un momento donde los dolores fueron insoportables. Lo que el profeta Elías no había especificado en su carta es que la enfermedad del rey Joram iba a ser penosamente larga. Dos años postrado en cama con agudos dolores sin esperanza de mejorar, al contrario empeorando día a día en su tortuoso calvario.
Una mañana uno de sus sirvientes entro a los aposentos del rey para asearlo. Encontró un terrible cuadro dentro: el rostro pálido del rey, demacrado por su enfermedad y sus ojos vidriosos sin vida era la primera impresión que el sirviente vio. Estaba encorvado debido a los retorcijones que la noche anterior había padecido. Su cuerpo tieso e inerte inspiraba una verdadera lástima y repulsión. Todo esto se sumaba al nauseabundo olor que ni los mejores inciensos podían disimular. Cuando sacaron al rey de su cama pudieron comprobar la culminación del terrible cuadro, pues los intestinos del rey habían salido por su ano.
Fue el mismo escriba que ocho años antes documentaba sobre la muerte del gran rey Josafat quien esa misma noche escribía sobre Joram. Mientras mojaba la pluma en el tintero recordaba el anciano uno de los salmos de David
“¡Oh señor, que grandes son tus obras! Y que profundos son tus pensamientos. Solo un simplón no sabría y un necio no entendería que aunque los malvados broten como maleza y los malhechores florezcan serán destruidos para siempre. (Salmos 92.5-7)
Joram, en ocho años de reinado había sumergido en la pobreza al reino del sur. Fue tan inmunda su enfermedad que lo enterraron rápidamente en la ciudad de David, pero no en el cementerio de los reyes. El pueblo no hizo una hoguera conmemorando su funeral y nadie, absolutamente nadie sintió pena alguna por él.
¿Nunca te preguntaste porque Dios decide endurecer a unos y mostrar su misericordia a otros? Dios nos habla de muchas maneras, y aunque Joram fue un rey perverso de principio a fin el Creador muestra su misericordia para con él.
¿Dónde esta la misericordia de Dios con Joram? hay que ser muy receptivo para ver la mano de amor que Dios tuvo con este rey. Primeramente espero el Señor el arrepentimiento del rey cuando cometió la masacre en su familia, pero no fue así. Después de un tiempo el Eterno puso guerra entre Edom y Judá y esperó (el Señor) el arrepentimiento del rey, pero tampoco fue así.
La carta del profeta Elías tuvo un doble objetivo: el confrontar el pecado del rey para que este supiera la razón por la cual el juicio se avecinaba, y al mismo tiempo hacer reflexionar al rey Joram para buscar la contrición de este.
Un versículo que todos tenemos memorizado porque lo hemos escuchado una y otra vez en los sermones es que Dios es “tardo para la ira, pero grande en misericordias” pero un momento, reflexionemos que el hecho que sea “tardo para la ira” no significa que su enojo este aplacado, sino que únicamente lo esta posponiendo.
Dios se enoja todos los días con los pecadores (Salmos 7.11) También existe un día de la ira de Dios (Ap. 6.17) y si nosotros una y otra vez jugamos con el pecado estemos sabedores que este día de ira vendrá sobre nosotros porque Dios no puede ser burlado.
Me impactó mucho que Dios a diario se enojara con los pecadores como lo dice salmos 7.11 pero también me hace temer y reflexionar que al mismo tiempo “sus misericordias son nuevas cada mañana” (Lamentaciones 3.22-23) Si hay algo que caracteriza a Dios es su paciencia con los pecadores esperando su arrepentimiento.
¿Hace cuanto Dios esta buscando que dejes ese pecado oculto que tienes? ¿hasta cuando reflexionaremos que los problemas que tenemos y van en aumento es una manera en la que Dios llama nuestra atención? ¿Cuándo entenderemos que Dios no es un juguete?
Piénsalo Jesús te esta llamando a tener una relación mas cercana con Él
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