Dios de Esperanza

La noche del 18 de Julio del año 64, en el extremo sudeste de la ciudad de Roma; justo en el área de las tiendas que vendían aceite y velas en el mercado; comenzó un incendio de tal magnitud, que se extendió a lo largo de cinco días causando la destrucción completa de cuatro de los catorce distritos de la ciudad y el daño significativo de otros siete. 
Se desconoce el número de víctimas exactas que el siniestro dejó lo cual suponemos que fueron muchas, pues Roma, ciudad cosmopolita en los tiempos del imperio, literalmente era el centro del mundo y en su calidad universal asumimos que muchos de los sobrevivientes perdieron en el incendio a algún ser querido, allegado o familiar.



Los romanos literalmente buscaban a un culpable del desastre, alguien en quien descargar su impotencia, su rabia y su dolor. Entre los romanos comenzaron los rumores que fue el mismísimo emperador Nerón quien  inició tal tragedia y el gobernante, para evitar ser linchado por su propio pueblo, injustamente culpó a los cristianos como los responsables del incendio de la ciudad.
Tácito, un célebre historiador romano narró el suceso:

En consecuencia, para librarse de la acusación [de haber quemado Roma], Nerón buscó rápidamente un culpable, e infringió las más exquisitas torturas sobre un grupo odiado por sus abominaciones, que el populacho llama cristianos. Cristo, de quien toman el nombre, sufrió la pena capital durante el principado de Tiberio de la mano de uno de nuestros procuradores, Poncio Pilatos, y esta dañina superstición, de tal modo sofocada por el momento, resurgió no sólo en Judea, fuente primigenia del mal, sino también en Roma, donde todos los vicios y los males del mundo hallan su centro y se hacen populares. Por consiguiente, se arrestaron primeramente a todos aquellos que se declararon culpables; entonces, con la información que dieron, una inmensa multitud fue presa, no tanto por el crimen de haber incendiado la ciudad como por su odio contra la humanidad. Todo tipo de mofas se unieron a sus ejecuciones. Cubiertos con pellejos de bestias, fueron despedazados por perros y perecieron, o fueron crucificados, o condenados a la hoguera y quemados para servir de iluminación nocturna, cuando el día hubiera acabado. (Tac., Annales, XV, 44)

Dicho en breves palabras si tú como cristiano hubieses sido capturado en Roma en el año 64 sería inevitable que murieras devorado por los perros, crucificado o servir como antorcha para iluminar la ciudad. 
Muchos de los que lograron sobrevivir a tal masacre no tuvieron más remedio que huir de Roma a lugares tan distantes como Asia y Bitinia (cerca de la región de Turquía) en lo que hasta hoy en día se conoce como la primer persecución formal contra los cristianos.



Fue un grupo muy reducido el que quedó en la ciudad, pese al peligro de muerte que corrían. Fue mayor su convicción que su temor. No les quedó mayor remedio que usar la clandestinidad como su modo de vida. Entre ellos estaba el apóstol Pedro quien en agosto del año 64, solamente un mes despues del siniestro; escribió una carta hacia esas personas que huyeron de la ciudad. El escrito estaba destinado a consolar a aquellos corazones quebrantados por la injusticia, por la incapacidad de hacer algo al respecto al haber perdido seres y bienes.

Yo, Pedro, apóstol de Jesucristo, escribo esta carta a los elegidos por Dios que viven como extranjeros en las provincias de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Dios Padre los conocía y los eligió desde hace mucho tiempo, y su Espíritu los ha hecho santos. Como resultado, ustedes lo obedecieron y fueron limpiados por la sangre de Jesucristo. Que Dios les conceda cada vez más gracia y paz.

1 Pedro 1.1-2

Pedro se tomo las primeras líneas de su carta para dar consuelo a todos los de la dispersión, pero no era un consuelo como el que usualmente se conoce hoy, no era el "todo va a cambiar" o "las cosas mejoraran" que anhelamos escuchar; en lugar de ello Pedro, seguramente dolido en su corazón por lo ocurrido a sus hermanos espirituales, les recuerda en sus escritos QUIENES SON ELLOS en Cristo Jesús y que a pesar de los problemas ellos puedan mantener una esperanza en Dios Padre, pues en su soberanía, el Creador permitió la condición por las que atravesaban.



La esperanza que el apóstol les presentaba no era una esperanza en estos tiempos, el consuelo que Dios daba a los hijos en las dispersión distaba mucho de recuperar sus bienes o hacer justicia contra Nerón. Pedro les recordaba su identidad como hijos de Dios y como tales aferrarse a una esperanza viva. Estuve pensando mucho en esa frase "esperanza viva" como algo que únicamente en Cristo podemos encontrar: Fuera de Cristo no hay esperanza

Recuerden que en ese tiempo estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo.

Efesios 2.12

Una persona sin Cristo pone su confianza en las cosas de este mundo. Vive anhelando tener los bienes que aun no tiene o una felicidad utópica. Por esa razón su esperanza es muerta, porque anhela tener lo que nunca tendrá y si lo tiene es por vanidad. ¿Te ha ocurrido que cuando deseas una cosa y la obtienes ya no la deseas como antes? Queremos el modelo más reciente de celular cuando sabemos de antemano que el próximo año vendrá uno mejor, lo que vuelve a provocar un vacío en nuestras vidas y aquí comienza la de nunca acabar.
Muy bien lo decía Santiago en su carta

Y cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones

Santiago 4.3

El apóstol Pedro exhortaba a sus hermanos a poner su confianza en una esperanza viva, y esto no se obtiene de otra manera que por Cristo Jesús. Tu esperanza es viva cuando tu caminar esta enfocado a comprender la razón por la que Dios te hizo y te llamó. Tu esperanza es viva cuando tu vida está modelando la vida de Cristo ante los demás y de esa manera darle la gloria al Padre. Tu esperanza es viva cuando esta enfocada únicamente a la gracia de Dios en tu vida.

Por tanto, ceñid vuestro entendimiento para la acción, sed sobrios en espíritu. Poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo

1 Pedro 1.13

Imagina que esta misma noche Dios se revela a tu vida con voz audible. Estas sentado en el sofá, tu familia ya se durmió y diez minutos antes de irte a dormir también; Dios te dice: Hijo necesitamos hablar. No puedes verlo, pero lo escuchas. Su voz es la de el Padre amoroso que conoces, pero al mismo tiempo es soberana. Te explica que desde este día en adelante las cosas no irán tan bien para tu vida; vas a perder el empleo, las deudas te van a desesperar, tu pareja morirá, serás odiado sin razón y te perseguirán por el simple hecho de ser cristiano. Con el correr del tiempo vas a enfermar y por muchas oraciones que se hagan Dios, quien está hablando contigo no va a sanarte. Tus ojos se abren como platos, porque comienzas a preguntarle a Dios la razón por la que permitirá estos sucesos y El simplemente te dice: Es mi voluntad y debes aceptarla.

Muchas veces no logramos comprender el ¿porqué estoy en pruebas? quizá estas leyendo estas líneas o escuchando el blog con los dolores de una enfermedad o bajo las lágrimas producidas por la decepción de un corazón roto. Si estás pensando en abandonar el lugar donde Dios te trajo porque tu vida no va como tu deseas dejame decirte que aun te falta mucho por madurar. James Dobson escribió un libro llamado "Cuando lo que Dios hace no tiene sentido" y la síntesis del escrito está en que Dios no tiene ninguna obligación de explicarnos lo que hace, pues habrán cosas, como la prueba que atraviesas que posiblemente nunca la comprendas hasta que estés en la presencia de Dios.

Y el Dios de Esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por medio del Espíritu Santo

Romanos 15.13

Notese que Pablo se refiere a Dios como un "Dios de Esperanza" ¡que gran lección! cuando la tormenta azote tenemos un Dios de esperanza a nuestro lado. El apóstol menciona al Padre y al Espíritu pero ¿que hay de Cristo? ¿podemos poner nuestra esperanza en el?

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios nuestro salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza...

1 Timoteo 1.1

No podemos elegir que prueba atravesaremos en la vida, ni decidir la intensidad de la tormenta, mucho menos tener el control sobre una enfermedad o una desgracia, pero sí podemos este día decidir ¿dónde poner nuestra esperanza?

..."Alma mía, espera en silencio solamente en Dios, pues de El viene mi esperanza..."

Salmos 62.5



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