Jesucristo: Nuestro Dios Cercano
A manera de testimonio personal, en el año 2007 mi madre sufría de una complicada gripe que literalmente le cortaba la respiración. Para aquellos tiempos su servidor formaba parte de un ministerio de evangelismo en el cual cada sábado salía a predicar la palabra a distintos lugares del país. Ese fin de semana en especial tuve que tomar la decisión de dejar a mi madre en casa y trabajar para el ministerio. Mientras viajábamos al lugar casi siempre solíamos orar durante el camino, y recuerdo muy bien esa oración en especial pues Dios me quebrantó al punto de ya no articular palabras sino gemidos. Esa tarde lloré como un niño delante de Dios y al poco tiempo pude percibir que mis amigos estaban intercediendo por mi colocando sus manos en mi espalda en señal de un apoyo incondicional. Pero algo inusual ocurrió: Casi de inmediato comencé a sentir un calor inexplicable dentro de mi. Al hacer una pausa en mi llanto y oración pude sentir cuatro manos en mi espalda cuando eran tres las perso