Buenos Administradores de Gracia

Dios, a través de la carta de Pedro nos exhorta a poder ser buenos administradores de su gracia. Para poder comprender lo que esto implica debemos definir el concepto de la palabra Administración. Basta con buscar la palabra para encontrar conceptos como "Técnica encargada de la planificación, organización, dirección y control de los recursos humanos, financieros, materiales y tecnológicos de una organización con el fin de obtener eficiencia o máximo desempeño posible". Pero si traemos este concepto a la rama espiritual ¿Cómo podremos ser buenos administradores de la gracia de Dios? La biblia nos dice algo al respecto:


Cada uno, según el don que ha recibido, ministrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.- 1 Pedro 4:10-11



El texto nos exhorta a utilizar de la manera más productiva los recursos que la iglesia posee y esta se refleja en los dones que el Espíritu Santo da. Una congregación donde se manifiestan y abundan los dones espirituales es una congregación en crecimiento y a expandir el evangelio a las naciones. Ser administrador de los dones espirituales no es trabajo de un pastor, de un líder o de un ministro sino de cada uno de nosotros, redimidos por la sangre de Cristo.

Dios, en su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un don a cada uno de ustedes. Úsenlos bien para servirse los unos a los otros.


Pero debemos aclarar ¿que es un don espiritual? A pesar de que los dones son un regalo divino hay que saber de que manera se reciben. Pablo decía al respecto: "No quiero que ignoréis acerca de los dones espirituales" (1 Co. 12.1) Los dones espirituales son repartidos por el Espíritu de Dios. Cuando nacemos de nuevo el Espíritu Santo se encarga de desarrollar dos cosas en nosotros: Los Frutos y los Dones. La diferencia entre ambos consiste en que los dones se reciben por gracia, como un regalo divino, pero los frutos se desarrollan con el fin de edificarnos de tal manera que alcancemos la estatura de Cristo. Dicho en otras palabras, mientras los dones sirven para edificación y crecimiento de la iglesia los frutos nos ayudan a nuestro crecimiento personal en Cristo Jesús. La carta a los Gálatas nos enseña cuales son dichos frutos: Amor, Gozo, Paz, Paciencia, Benignidad, Bondad, Fe, Mansedumbre, Templanza.

Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. - Romanos 11:29


Al leer dicho versículo se vino a la mente el libro de Jeremías. Si has tenido la oportunidad de leer dicho libro te darás cuenta que el profeta pasaba quejándose de su ministerio, de cuán difícil era este y en más de una ocasión el profeta quiso renunciar a su llamado, un llamamiento al que Pablo describe como irrevocable. Dios nos eligió con un propósito a cumplir, puedes escapar donde quieras pero ten en cuenta que los planes y los propósitos de Dios siempre se llevarán a cabo. El te eligió desde antes de la fundación del mundo

Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. - Jeremías 1:5


Ahora esto no quiere decir que TODOS seremos profetas. Dios constituyó una variedad de dones para la edificación de la iglesia de la cual tu formas parte, es tu trabajo descubrir para qué has sido llamado. El llamamiento que Dios te dio y el don que te entregó por su gracia no fue mera casualidad. Dios lo tuvo planeado desde antes de la fundación del mundo, Dios no se equivoca con nadie, no existen las casualidades para El.

Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. - Santiago 1:17

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