Jesús la vid verdadera

Cuando leemos los evangelios, y especialmente el evangelio de Juan nos damos cuenta que: Cada palabra, cada obra, cada milagro que Jesús realizó no lo hizo por si mismo sino por la voluntad de Dios en El. Jesús es quien confirma este hecho:

Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mi, él hace las obras. - Juan 14:10

El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió .- Juan 14:24 


Si hay una razón por la que este día debemos dar gracias es porque durante el ministerio de Jesús en la tierra podemos tener la plena certeza que Él hablo un mensaje claro, no adulterado y limpio de parte de Dios; y en cada palabra que habló literalmente estaba revelando el corazón de Dios al mundo entero.

A lo largo de los siglos muchas religiones han buscado a Dios de una manera errada, si comienzo a citar ejemplos en la biblia tenemos al pueblo de Israel fabricando un becerro de oro, con la mejor intención en su corazón, pero no teniendo éxito en ello; Nadab y Abiú ofrecieron un fuego extraño, creyendo que cualquier fuego tenía la misma utilidad o un rey Uzías queriendo quemar incienso en el templo. Tres ejemplos en los que se tuvo la mejor intención con resultados desfavorables. Ten en cuenta que no es fácil de ninguna manera complacer a un Dios que es Santo y Perfecto con métodos humanos y erróneos.
Pero existe alguien quien si conoce a Dios, pues le ha visto cara a cara y conoce a plenitud su corazón y es nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Es Jesús quien nos da la pauta como agradar a Dios de la manera correcta y tener éxito en nuestra adoración.

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.- Juan 15:1-8

La única manera de agradar al Padre y de honrarlo no es a través de un sacrificio, ni del servicio en una congregación, no es llevando una vida religiosa sino mediante una vida llena de frutos.



Jesús la verdadera vid

Al leer el primer versículo del capítulo 15 nuestro Señor Jesucristo aclara a la humanidad que Él es la vid verdadera. Analizando ese texto entonces nos damos cuenta que hay vides que no son verdaderas ¿Cómo saber si estoy unido a la verdadera vid o a una que no es verdadera? Es muy saludable que cada cristiano haga una evaluación propia de su cristianismo. Responde a esta pregunta ¿Qué clase de fruto le estoy ofreciendo a Dios? ¿La gente percibe que realmente soy cristiano sin necesidad que yo lo exprese? Ten en cuenta que uno de los reclamos que Dios hacia a su pueblo es que este honraba a Dios con sus labios pero su corazón estaba alejado de Dios. Si mientras lees este texto tu corazón esta en tus estudios, tu trabajo, tu familia o en cualquier otro lugar o persona y no en Jesús ten por seguro que estas unido a una vid que no es verdadera y por lo tanto estéril así que no esperes fructificar en una vid que no sea la verdadera.
Si Jesús es la vid, Dios Padre es el labrador. Si buscamos el significado de la palabra Labrador encontramos que Es la persona que trabaja la tierra para el cultivo (frutos), preferentemente si el labrador es el dueño de la tierra. Dios Padre es el dueño de todo lo que nos rodea, la biblia lo declara de esta manera:

De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo los que en el habitan. Porque el la fundó sobre los mares y la afirmó sobre los ríos. - Salmos 24:1-2


Dos tipos de pámpanos

Todo pámpano que en mi no lleva fruto, lo quitará, y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará para que lleve mas fruto. 

Me llama la atención al leer este versículo que ambos pámpanos, el estéril y el fructíferos estaban juntamente adheridos a la vid verdadera ¿es esto posible? ¿puede una rama llegar a ser estéril aún estando adherida a la verdadera vid? Tristemente si. Hay cristianos que son nacidos de nuevo, regenerados incluso activos en sus congregaciones pero llevan una vida estéril en cuanto a frutos. No pienses que el involucrarte en la congregación hará de ti un cristiano fructífero. Los frutos se producen por el Espíritu Santo y van creciendo en ti cuando forjas una relación con el Padre a través de Jesucristo. Es tu responsabilidad el presentar un buen fruto delante de Dios. Si persistes en no cultivar frutos de ti vivirás una vida estéril, viendo como todos los demás reciben bendiciones de parte de Dios mientras tu permaneces esperando. Lo más triste de esto es que a la larga serás quitado de tu lugar y reemplazado por alguien quien si esté fructificando al ciento por uno.

El otro tipo de pámpano es el fructífero. Aquella persona que recibe y se alimenta de la savia que esta vid verdadera produce, no solamente para dar fruto sino para fortalecerse y multiplicarse. Ten en cuenta que aún siendo un pámpano fructífero tendemos a cometer errores. Muchas veces vamos a tropezar, a desmotivarnos, a caer en pecado pues nuestra naturaleza humana tiende a ser carnal. Pero hay una promesa preciosa en Juan 15 que dice que si estas adherido a la vid verdadera (Jesús) y estas preocupando tu ser por llevar fruto delante de Dios, es el Labrador (Dios Padre) quien te limpiará de esos errores con el objetivo que produzcas mucho más fruto.

Dios es glorificado por los frutos que produzcas en tu vida

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