Mis hijos y el celular
"Mirad, pues con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cual sea la voluntad del Señor" Efesios 5:15-17
Introducción
Hoy en día, para la generación millenials es inevitable el uso de un celular en nuestra vida cotidiana. Son herramientas muy útiles aunque no indispensables para nuestro desarrollo social. Un celular trae beneficios muy útiles los cuales son
- Te mantienen en contacto fácilmente
- Son pequeños y convenientes
- Sirven como GPS
- Te permiten tomar fotos y grabar videos
- Son una fuente de entretenimiento
- Puedes anotar y establecer recordatorios
- Incluyen un calendario
- Sirven como relojes y alarmas
- Tienen una calculadora
- Te permiten aprender e investigar con información actualizada en el momento
Viendo lo indispensables que se han hecho, no debemos olvidar que el celular es meramente una herramienta. Y como todas las herramientas deben manejarse con responsabilidad, conociendo que el mal uso de ellas puede realmente afectarnos o afectar a nuestros allegados. Para entender esto debemos comprender primero
- ¿Qué es lo que pasa en nuestro cuerpo cuando usamos celulares?
Hay dos sustancias químicas o neurotransmisores relacionadas con el uso excesivo del celular. La primero es la DOPAMINA que es una sustancia liberada por las neuronas que esta altamente relacionada con el placer, el éxtasis o la celebración de logros. La segunda es la SEROTONINA y esta esta relacionada con la tranquilidad y el buen humor.
Piensa un poco: Un alcohólico, un drogadicto y una persona con perversiones sexuales generan las mismas sustancias en su cerebro después de dar rienda suelta a su placer.
Según la OMS (Organización mundial de la Salud) la dependencia a la tecnología y las redes sociales se clasifica como una adicción a la que no requiere sustancias, lo cual es catalogado como una adicción y dependencia. Los psicólogos de este tiempo llaman a este trastorno PHUBBING (phone + snubbing) la cual es la práctica de ignorar a una persona o al entorno que la rodea para prestar atención al teléfono u otros dispositivos móviles. El phubbing puede ocurrir en situaciones sociales como almuerzos, cenas familiares o reuniones y pueden tener consecuencias negativas en las relaciones como sentimientos de ostracismo, estado de ánimo negativo, exclusión, dolor social y afectación de confianza entre las personas.
2. Las redes sociales
Las redes sociales como Facebook, Instagram, Snapchat, Reddit, X o Tiktok son de mucha utilidad para relacionarse con personas que son afines a nuestros gustos y encontrar mucha información de utilidad. Sin embargo lo que ignoramos es que cada red social fue diseñada para atrapar al usuario y esclavizarlo hasta formar una dependencia en este. Acá entra lo que en redes sociales se conoce como algoritmo, que no es más que un conjunto de reglas y procesos matemáticos que determinan ¿Qué contenido se muestra a los usuarios en sus feeds?
¿Qué problemas traen las redes sociales?
- Baja estima, ansiedad y depresión
- Robo de datos e información confidencial
- Suplantación de identidad
- Ciber Bullying
- Estar expuestos a la pornografía
Piensa un poco: ¿Qué redes sociales están utilizando tus hijos? ¿Tienes control de lo que ven?
3. ¿Qué es lo que la biblia dice?
Todo aquello que ocupa el primer lugar en nuestra atención y en nuestro tiempo desplazando al Señor se convierte en idolatría. Al generar una dependencia de los teléfonos móviles al punto de ignorar incluso las personas que están a nuestro lado, estamos también, ignorando la voluntad que Dios tiene para nuestras vidas. Literalmente estamos entregando gran parte de nuestra vida al uso continuo del teléfono celular. La biblia nos advierte sobre la idolatría
"Mas aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus idolatrías y de sus abominaciones yo traigo su camino sobre sus propias cabezas, dice Jehová el Señor" .- Ezequiel 11:21
Otra versión de la biblia dice que Dios Pedirá cuentas por nuestra conducta. Considera esto, no estas simplemente distrayéndote o dejando que tus hijos pasen un tiempo distraídos en juegos. Es parte de tu vida o la de tus hijos la que estás desperdiciando en nada provechoso con el uso del celular. No digo que con ello que te cierres y que prohíbas rotundamente a ellos el tocar un teléfono, porque no es de satanizar el aparato ya que como lo dijimos antes es una herramienta que usándola adecuadamente es beneficiosa, sino de controles el tiempo que ellos usan el teléfono y controles lo que ellos ven. Tienes autoridad para exigirle las claves, contraseñas y de vez en cuando sondear el historial de lo que buscan en internet.
4. ¿Qué debo hacer entonces?
a) Entender primero que si nuestros hijos ya están acostumbrados al uso prolongado del celular los niveles de dopamina y serotonina están siendo liberados. Para que los niveles vuelvan a la normalidad debemos comenzar a restringir el uso del celular por ciertas horas al día. Por supuesto que esto va a afectar la conducta y el humor de nuestros hijos, estaremos expuestos a berrinches e incluso insultos. No se doblegue, la autoridad es usted no ellos.
b) Ya que tendrán tiempo libre asigne responsabilidades a sus hijos, el lavar los platos, la limpieza del hogar, el mantenerla habitación ordenada, etc. Busque premiar su buena conducta o ser estrictos en caso contrario.
c) Uno de los consejos que dan para prevenir el phubbing es mantener los conectores y cargadores de celulares en áreas comunes de la casa como la sala o el comedor. De esta manera evitamos que nuestros hijos se lleven el celular a sus habitaciones y se duerman hasta altas horas de las noches.
d) Invierta tiempo de calidad con sus hijos. No todo es trabajo y no todo es regaño. Planifique vacaciones, desconéctese del ajetreo diario, lleve a su familia y disfrútela. Estas experiencias se convierten a la larga en el mejor regalo que un padre puede dar a sus hijos.
e) Busquen juntos la voluntad de Dios para sus vidas. Nunca es demasiado tarde ni demasiado temprano para hacerlo.
Conclusión
Nuestros hijos son prestados. Le pertenecen a Dios no a nosotros. El Señor nos los confió para que juntos como padres podamos formarlos hasta convertirlos en aquello para lo que Dios los llamó. Al ser responsables de ellos y ser confiados por Dios es Dios quien nos va a pedir cuentas a nosotros como padres ¿Qué hicimos con ellos? ¿Los disciplinamos con amor? ¿Estuvimos allí cuando nos necesitaron? ¿aprovechamos bien el tiempo mientras estuvimos con ellos?
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