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Mostrando entradas de enero, 2013

Gloriarnos en la Tribulación

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El verdadero gozo del cristiano se completa cuando logramos comprender el significado de la obra redentora de Cristo en nuestras vidas. Es un tipo de amor incomprensible para nosotros que mereciendo ser condenados por nuestros pecados Dios nos dió salvación, redención, justificación y tribulación. (¿Se habrá equivocado el búho?) En lo absoluto, porque así como fuimos llamados a ser santos también fuimos llamados a padecer problemas. Porque a nosotros se nos ha concedido por amor de Cristo, no solo creer en Él, sino también sufrir por Él.- Filipenses 1.29 a fin de que nadie se inquiete por causa de estas aflicciones, porque nosotros mismos sabemos que para esto hemos sido destinados.- 1 Tesalonisenses 3.3 Los problemas vienen a nuestra vida, no en un estado permanente pero si son ocasionales. He escuchado sermones donde el predicador dice "No pregunte el ¿ Porqué?  del problema, pregunte el ¿ Para qué?" Pero debemos comprender que solamente Dios conoce el propósito p

Dios de Esperanza

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La noche del 18 de Julio del año 64, en el extremo sudeste de la ciudad de Roma; justo en el área de las tiendas que vendían aceite y velas en el mercado; comenzó un incendio de tal magnitud, que se extendió a lo largo de cinco días causando la destrucción completa de cuatro de los catorce distritos de la ciudad y el daño significativo de otros siete.  Se desconoce el número de víctimas exactas que el siniestro dejó lo cual suponemos que fueron muchas, pues Roma, ciudad cosmopolita en los tiempos del imperio, literalmente era el centro del mundo y en su calidad universal asumimos que muchos de los sobrevivientes perdieron en el incendio a algún ser querido, allegado o familiar. Los romanos literalmente buscaban a un culpable del desastre, alguien en quien descargar su impotencia, su rabia y su dolor. Entre los romanos comenzaron los rumores que fue el mismísimo emperador Nerón quien  inició tal tragedia y el gobernante, para evitar ser linchado por su propio pueblo, injustamente

Ishí no Baalí

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La carta de Pablo a los romanos nos enseña algo sobre nuestra confianza en la salvación proporcionada por Dios a través de su hijo Jesús  Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado. Romanos 5.5 Dicho en otras palabras Cristo Jesús es quien mora en nuestro corazón por medio del Espíritu Santo, razón por la cual debemos estar eternamente agradecidos, que, cuando estábamos espiritualmente muertos en nuestros pecados; fue Dios quien se plació a darnos vida.  Mucho se ha hablado del amor de Dios, un amor insondable, palpable, pero a la vez incomprendido también. Dios nos ama de la misma manera en que un esposo ama a su esposa, y tengo muy buenas noticias para ti en este día, porque en el reino de Dios no hay solteros; tú y yo somos la esposa del Cordero,  prometidos con Dios en un pacto de amor, fidelidad y obediencia. Tratar de describir el inmenso amor de Dios es prácticamente imposible, pero