Un secreto revelado
La caminata había sido muy larga desde que pisaron tierra firme en el mar de Galilea. El sol estaba en el punto más alto y el calor parecía sofocar de tal manera que ellos jadeaban por el inmenso calor. Contrario a lo que pensaban Jesús no iba a sanar, pues tomando como punto el monte Hermón, al norte del país se dirigió en esa dirección. Jesús nunca hizo nada al azar; desde la fundación del mundo trazó un plan perfecto para nuestras vidas. Bien lo dijo el sabio rey Salomón en el libro del Eclesiastés “Todo lo que pasa está decidido de antemano; desde antiguo ya se sabía lo que cada ser humano debía de ser” así que Jesús como hijo de Dios y Dios mismo necesitaba revelarles un secreto guardado desde tiempos antiguos en su corazón. A los pies del monte Hermón se erguía la ciudad de Cesarea de Filipo, fundada por Herodes Filipo hacia el año en honor al César, emperador de Roma. El área donde la ciudad se edificó es preciosísima porque habitan (o habitaban) muchos siervos. Fue en esa regi