Ovejas Negras
El teléfono sonó antes que el sol saliera. Las personas que hemos vivido ese calvario sabemos muy bien que una llamada a esa hora es únicamente portadora de malas noticias. En efecto, para esta pareja de esposos el panorama no sería distinto. La llamada era desde el hospital de la región. La noche anterior uno de sus dos hijos, Cristóbal el mayor había tenido un accidente automovilístico producto de la ingesta de alcohol combinada con drogas. El nocivo cóctel había dado como resultado el saldo de dos personas muertas y tres (el hijo y otras dos) con un pronóstico reservado. Fue el padre quien contestó el teléfono y recibió como un baldazo de agua fría la terrible noticia. Aunque trató de no alarmar con el tono de su voz a su esposa fue imposible el no sentir un nudo en su garganta y sentarse a la orilla de la cama creyéndose desvanecer; provocando que a ella el sueño se le esfumara mientras pacientemente estaba a la expectativa al escuchar a su esposo preguntar ¿qué? ¿Como fue? ¿Adonde